Si el mundo que ves es tu propia ilusión mental, entonces, nunca estás disgustado por la razón que crees. En vez de pensar (correctamente) que todo eres tú, piensas (erradamente) que existe un mundo separado de ti, crees que te disgustas por lo que tu vecino te ha hecho, crees que te disgustas porque el gato orinó donde no debía, crees que te disgustas porque un familiar enfermó, etc., porque crees que la causa de todos tus problemas es externa a ti, crees que tú eres el efecto, la “víctima”, y lo crees porque has elegido escuchar y seguir la voz del ego en vez de la Voz del Espíritu Santo.
La única manera de deshacer todos tus "problemas" es elegir escuchar y seguir las enseñanzas del Espíritu Santo (la Inteligencia de tu Corazón). Él te enseña, hasta que lo aceptas como cierto, que todos tus disgustos provienen de dar valor a la forma, cuando la forma es una ilusión de tu propia mente que se cree ego y que lo único real es tu Ser. Lo que necesitas es recordar Quién Eres y no tratar de resolver tus "problemas" desde la ilusión, desde lo que no eres.
La causa de todo lo que experimentas se encuentra en tu propia mente. Si tu mente se cree mente-ego (mente-separada de Dios), en vez de lo que realmente ES: mente-Hijo de Dios, (mente unida a Dios), entonces, cada experiencia tuya pasa por el filtro del ego.
Tu mente-ego no quiere tu felicidad sino tu muerte, el peso de su culpa por haberse separado de Dios es tan grande que le provoca un miedo irracional hacia Dios, cree que Él lo va a buscar y se va a “vengar por lo que hizo” y eso hace que proyecte esa culpa en lo que cree es “afuera” (el cuerpo -donde cree haber “atrapado” al Hijo de Dios) para que Dios vea que él ha encontrado al verdadero culpable y lo ha castigado por Él. De esta manera cree que Dios lo perdonará y lo dejará ir.
Cada vez que te disgustas es porque te has atacado a ti mismo, has pensado que eres algo distinto a Quien en verdad Eres. Tu mente-ego no acepta que la separación nunca sucedió, porque si lo hiciera él dejaría de existir, y al identificarte con el ego te parece una locura el que se te diga que “sólo estás soñando el sueño del ego”. El ego te dijo que eres un cuerpo y tú le creíste, “atrapándote” en él, y a través de sus engaños te mantiene en tu propia “cárcel”.
No te das cuenta de que todos tus ataques al cuerpo en realidad son ataques a ti mismo porque niegas que los demás cuerpos sean en realidad tú. Estás tan aferrado a la idea de que eres un ser separado, un cuerpo, y que tu mundo es un mundo de cuerpos separados, que por ti mismo te es imposible “escapar” de tu propia cárcel, por eso precisas de la Ayuda del Espíritu Santo, porque él puede ver el sueño “por encima del campo de batalla” y quiere enseñarte a que tú también lo mires como Él lo mira, usando una única llave: el perdón.
El sueño de separación es una pesadilla plagada de disgustos que aparentan ser “diferentes”. Aún cuando el ego te enseña a distinguir niveles de disgustos para que creas que hay cuerpos más importantes (“especiales”) que otros y des valor a la separación, si el cuerpo es una ilusión, eso significa que no importa el tipo de disgusto que tengas, todos ellos se deben a lo mismo: a que crees ser un ego, un ser separado. Estás dando valor a la ilusión y dejas de lado la Verdad de Quién Eres.
Siempre estás disgustado debido a tu manera de percibir el mundo, lo percibes como algo que no eres tú. No sentirías ningún disgusto sino plena felicidad si todo lo vieras como parte de ti, dejarías de juzgar porque comprenderías que todo es el Hijo de Dios.
Jesús no te pide que cambies ahora mismo de manera de pensar porque entiende que estás aún muy aferrado a tu creencia en que eres un ego, un ser separado de Dios, pero sí te anima a que observes cada situación que te perturba desde tu corazón, ¿Qué sientes? si lo que sientes no es Amor, sólo tienes que pedir que quieres ver eso de otra manera. No tienes porqué quedarte con lo que te dice el ego sino que puedes ver eso con el Espíritu Santo, la Presencia del Amor en tu corazón. Estás dispuesto a pedir ayuda, lo que significa que estás dispuesto a aceptarla, y por eso la obtienes. Normalmente no estás dispuesto a aceptar ninguna ayuda, porque el ego implica la creencia de que tú puedes hacer todo por ti mismo, sin la ayuda de Dios, y cuando no estás dispuesto a escuchar Su Voz no puedes recibir Su Respuesta. Aprenderás, a medida que avances con el curso, a distinguir tus verdaderos pensamientos (los pensamientos que piensas con Dios) de tus pensamientos errados, y a no dar valor a lo que el ego te dice.
La lección de hoy te lleva a ser consciente de que siempre piensas que la causa de tu disgusto es algo externo a ti, no es lo que sucede "afuera" lo que te disgusta, lo que te disgusta es debido a lo que estás pensando. Piensas como un ser separado, y no lo eres, ahí radica tu error de percepción. Una vez aprendas, con la ayuda del Espíritu Santo, a distinguir ese error y a corregirlo, estarás listo para perdonar tus ilusiones.
"Sólo tú puedes privarte a ti mismo de algo. No resistas este hecho, pues es en verdad el comienzo de la iluminación." UCDM
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