Lección 26: Mis pensamientos de ataque atacan mi invulnerabilidad.
“Cuando crees en algo, haces que sea real para ti”
Un Curso de Milagros
En tu afán por tener razón y demostrar a tu Creador que la separación sí es posible, pensaste que ya no sentías amor por Él, rechazaste a tu Ser creyendo que ya no eras parte de Él. Culpable y temeroso por lo que sentías, inventaste el cuerpo y te dijiste que te habías dividido en mente y cuerpo, que tú eras el ego, la mente pensante, y que el cuerpo iba ser la “prisión” del Hijo de Dios, del culpable de la separación; tu tarea como ego era el de mantenerlo prisionero, para así demostrarle a Dios quién era el verdadero culpable de que ya no sintieras amor por tu Ser. El cuerpo era quien sería castigado, pensó, castigando así al Hijo de Dios, y no a él.
Sólo que el cuerpo que creías real no lo era, tan sólo era una ilusión de tu mente, tú seguías siendo el Hijo de Dios puesto que la separación jamás había sucedido, por lo que, cada vez que atacabas al cuerpo te estabas atacando a tí mismo, te enseñabas que eres lo que no eres (un cuerpo vulnerable y finito) y al aprender de tu propio engaño, olvidaste Quién Eres y te identificaste con el cuerpo que querías destruir, quedando “atrapado” en él.
No te das cuenta de que tus pensamientos de ataque atacan tu invulnerabilidad, atacan lo que en verdad Eres; cada vez que atacas un cuerpo no es al cuerpo a quien le haces daño sino a tu Ser, el cuerpo no hace nada ni bueno ni malo sólo es una ilusión mental, en realidad no está ahí aunque para tí parezca muy real. Si tu manera de pensar cambiara verías el cuerpo perfecto e invulnerable porque es así como pensarías de ti mismo, el cuerpo tan sólo te está mostrando qué manera de pensar estás eligiendo, si percibes imperfección has elegido al ego como tu maestro, si percibes perfección es al Espíritu Santo/Jesús a quien escuchas.
Crees que puedes ser atacado únicamente porque tú crees poder atacar, cuando sueltes esa creencia por otra en la que reconozcas que no puedes atacar, comprobarás por ti mismo que no puedes ser atacado, no es esto algo milagroso sino totalmente natural. Si crees que no puedes atacar es porque sabes que todo es tu Ser, que nunca te separaste, y si todo es tu Ser, ¿A quién temes? ¿A quién atacas? A nadie. Estás en paz.
Este curso te está enseñando a cambiar tu manera de pensar, pero para ello tienes que creer en esta nueva forma de pensar y para creer en ella practícala, descubre por ti mismo que esto es así. Te has enseñado engaño y por eso crees que la ilusión es la verdad, has estado equivocado, nada más, y el Espíritu Santo/Jesús te va a ayudar a deshacer lo que crees hiciste.
El ego sigue llevando a cabo su tarea y no dejará de hacerlo hasta que decidas cambiar tu manera de pensar y aceptes que estabas equivocado, que en verdad nunca te separaste de tu Ser. Crees que piensas desde la división, desde la escasez, crees que no piensas con Dios sino solo. Con la ayuda del Espíritu Santo/Jesús descubrirás la Unidad de tu mente, aprenderás a deshacer lo que hiciste creyendo ser ego, en vez de ver culpabilidad en el cuerpo aprenderás a ver inocencia y perfección, porque, no lo olvides, tras la ilusión del cuerpo está tu Ser esperando a ser reconocido como lo que ES.
No se trata de cómo se comporta tu cuerpo o los demás cuerpos, sino con quién piensas, o con el ego (solo) o con el Espíritu Santo/Jesús (con el Amor). El objetivo del ego es atacar continuamente tu invulnerabilidad, para que sigas creyendo que eres lo que no eres y mientras decidas escucharlo no podrás recordar Quién en verdad Eres. Si escuchas al ego te sientes separado del Amor, crees que no lo sientes, que no está en ti, pero te equivocas, nunca ha dejado de estar en ti porque tú Eres Amor, te has enseñado que eres lo que no eres para no sentir Amor, y el Amor te llama ahora y te recuerda tu error para que elijas la paz en vez del conflicto, para que elijas no volver a atacar, con tus pensamientos, a tu Ser, y recuerdes así tu invulnerabilidad y perfección.
“Practicar con la idea de hoy te ayudará a entender que la vulnerabilidad o la invulnerabilidad son el resultado de tus propios pensamientos. Nada, excepto tus propios pensamientos, puede atacarte. Nada, excepto tus propios pensamientos, puede hacerte pensar que eres vulnerable. Y nada, excepto tus propios pensamientos, puede probarte que esto no es así.”
Un Curso de Milagros
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