Lección 27: Por encima de todo quiero ver.
"A la larga, todo el mundo empieza a reconocer, por muy vagamente que sea, que tiene que haber un camino mejor. A medida que este reconocimiento se arraiga más, acaba por convertirse en un punto decisivo en la vida de cada persona. Esto finalmente vuelve a despertar la visión espiritual y, al mismo tiempo, mitiga el apego a la visión física.." UCDM
El Espíritu Santo/Jesús te está diciendo que en realidad no ves nada, crees que tus ojos ven pero, mientras te identifiques con un ego, con un ser separado, sólo ves el engaño. Crees ver, pero sólo estás viendo ilusiones. Crees ver cuerpos separados porque eso es lo que crees ser, necesitas de Su ayuda para aprender a cambiar tu manera de pensar porque, solo así, podrás ver como Él ve.
Notarás que cuanto más repites la idea de hoy más convencido estás de tu propósito. De eso se trata. Tu propósito es pensar como piensa el Espíritu Santo/Jesús. Tu propósito es identificarte con Quién sí Eres porque por encima de todo quieres ver. Tu propósito es ver todo como lo mismo, todo es parte de ti, porque todo es tu Ser. Por ahora esto son solo palabras bonitas pero en verdad quieres vivirlas como tu Realidad, quieres recordar tu verdadera Identidad, quieres Ser lo que siempre has sido y siempre serás pero que olvidaste cuando la idea de la separación se adentró en tu mente.
Creer en el engaño es creer que dividiste tu mente, creer que hay un mundo “afuera” de tu mente. Pero no es así, tu mente nunca se dividió, ¿Es posible dividir la luz? Por ser parte de la Mente de Dios, tu mente es muy poderosa. Lo que crees real lo haces real para ti, es así como fabricaste un mundo que sigue estando en tu mente. Sólo ves ese mundo imaginario, tu sueño, y lo crees muy real. Quedaste atrapado en tus propias ilusiones porque no puedes despertar del sueño creyendo en que lo que percibes es real, y lo crees porque te consideras un cuerpo, un ego.
Cuando tu deseo por ver sea tan grande como para considerar la idea de que no eres lo que crees ser estarás a un paso de la visión. La visión no se te concede como un premio, la visión te pertenece por ser Quien Eres. En el momento en que aceptas que no eres un ser separado, en el momento que sientes que eres UNO con todo lo que percibes, empiezas a ver, aunque sea levemente. La tarea de recordar, de cambiar de mentalidad, y de ver completamente tu Espíritu, viene paso a paso, pero al menos ya empiezas a recuperar tu visión espiritual, la visión de lo que en verdad Eres.
Siempre ves lo que crees que es verdad para ti, si crees que las ilusiones, los cuerpos separados, son verdad eso es solo lo que verás, pero si crees que lo que es Verdad es el Espíritu, el Ser que en verdad Eres, eso es lo que verás. Sólo estás empezando a creer en lo que en verdad Eres, necesitas afianzar tu confianza en lo que realmente crees y eso sólo se consigue con la práctica, trabajando con el Espíritu Santo/Jesús para cambiar tu sistema de pensamiento, para que estés listo para el perdón, para ver verdaderamente, porque, recuerda, primero viene el pensamiento y después la visión.
Se trata de que comprendas que no puedes perdonar verdaderamente si crees ser un ego porque el ego sólo percibe erradamente. Por eso, en primer lugar, necesitas identificarte, creer en Quien en verdad Eres y para ello, te ayudas de tu profundo deseo de querer ver la Verdad y no las ilusiones.
"Lo opuesto a ver con los ojos del cuerpo es la visión de Cristo, la cual refleja fortaleza en vez de debilidad, unidad en vez de separación y amor en vez de miedo." UCDM
"La visión de Cristo es el don del Espíritu Santo, la alternativa que Dios nos ha dado contra la ilusión de la separación y la creencia en la realidad del pecado, la culpabilidad y la muerte. Es la única corrección para todos los errores de percepción: la reconciliación de los aparentes opuestos en los que se basa este mundo. Su benévola luz muestra todas las cosas desde otro punto de vista, reflejando el sistema de pensamiento que resulta del conocimiento y haciendo que el retorno a Dios no sólo sea posible, sino inevitable. Lo que antes se consideraba una injusticia que alguien cometió contra otro, se convierte ahora en una petición de ayuda y de unión. El pecado, la enfermedad y el ataque se consideran ahora percepciones falsas que claman por el remedio que procede de la ternura y del amor. Las defensas se abandonan porque donde no hay ataque no hay necesidad de ellas. Las necesidades de nuestros hermanos se vuelven las nuestras, porque son nuestros compañeros en la jornada de regreso a Dios. Sin nosotros, ellos perderían el rumbo. Sin ellos, nosotros jamás podríamos encontrar el nuestro." UCDM
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