Lección 24: No percibo lo que más me conviene.
Si crees ser un “yo” individual, un cuerpo separado de otros cuerpos, has olvidado que tú eres el soñador del sueño. Tu percepción está distorsionada, por lo que no percibes lo que más te conviene. No te das cuenta de que tú eres el soñador del sueño, tú has elegido percibir el mundo sin Amor.
“La percepción errónea es el deseo de que las cosas sean diferentes de como son. La realidad de todas las cosas es totalmente inocua porque la condición de su realidad es la inocuidad total. Ésa es también la condición de la conciencia que tienes de su realidad. Tú no tienes que buscar la realidad. La realidad te buscará y te encontrará cuando satisfagas sus condiciones. Sus condiciones son parte de lo que ella es. Y esa parte es lo único que depende de ti. El resto tiene lugar por su cuenta. Necesitas hacer tan poco porque tu parte, aunque pequeña, es tan poderosa que te brindará la totalidad. Acepta, por lo tanto, la pequeña parte que te corresponde y deja que la totalidad sea tuya.”
Tu percepción es correcta cuando piensas desde tu PLENITUD. Todo lo que percibes es parte de ti, no fijas tu mirada en las ilusiones, las apariencias. No les das valor. El Amor que sientes lo incluye todo, todo es tu Ser, nada hay separado de ti, nada es diferente de lo que tú Eres, todo es perfección. Te estás identificando con Quien sí Eres, estás pensando como Cristo, o lo que es lo mismo: estás haciendo la Voluntad del Padre.
En toda situación en la que te encuentras tú decides si percibes paz o conflicto, porque tú eres el soñador de este sueño. Cuando percibes el mundo desde tu Plenitud todo es inofensivo, porque sabes que tú eres inofensivo. Sabes Quién Eres, te identificas con el Hijo de Dios, por lo que percibes correctamente. Sólo sientes Amor.
Cuando percibes el mundo desde la separación (con miedo) todo es amenazador, todo puede atacarte por lo que desconfías de todo. Tu percepción es errada. Sólo sientes miedo (enmascarado en muchas formas) y culpa (inconsciente). Lo que crees percibir no es el sueño del Espíritu Santo sino el del ego, percibes un recuerdo que perpetuas en tu mente de algo que jamás sucedió en la Realidad. Crees que ese sueño es real, crees que tú eres un cuerpo, por lo que das valor a los otros cuerpos, les has dado un significado, como por ejemplo hormiga, teléfono, árbol, persona, charco de agua, viento, etc, percibes un mundo donde sólo hay ataque y muerte, pero si te identificaras con el Espíritu que en verdad Eres no darías valor a tus ilusiones mentales, sino al contenido, el Amor que TODO ES. Todo es lo mismo porque todo ERES TÚ. El ataque no es posible en el Amor.
Nada te puede impedir estar en paz y feliz de una manera duradera, salvo tú mismo. Puedes ofrecerle al Espíritu Santo/Jesús tu tiempo para aprender a percibir como percibe Él. Sólo tienes que practicar hasta que sea algo natural para ti.
No tienes que cambiar nada del mundo porque nada de lo que percibes es real, cambia tu manera pensar y percibirás desde el Amor que tú Eres, el mundo se transformará. El sueño del ego es el sueño del dolor y del sufrimiento, pero en el Amor tu sueño se transforma en paz y felicidad.
No le das un significado a nada, permites que el Amor sea Amor, sin controlar nada. No hay diferencias, no hay nada mejor o peor, más grande o menos grande, más bueno o más malo, más bonito o más feo. Todo es perfecto porque TODO es Amor. Cuando percibes el mundo así, entonces, sabes lo que más te conviene, sabes que lo que más te conviene es pensar con el Amor, lo que realmente ERES, porque sólo así percibes correctamente, no hay miedo ni culpa, no hay ataque.
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