Lección 39: Mi santidad es mi salvación.
Lo único que te puede salvar es tu santidad, es creer y SER Quién en verdad Eres.
La elección que tienes ante ti es clara, o bien eliges el Cielo o el infierno. El Cielo es elegir identificarte con un Único Ser, con tu santidad. El infierno es elegir identificarte con un ser separado, con el ego.
Tu santidad no sabe de problemas, solo conoce la Paz porque se sabe la causa de su sueño. Un ser separado vive en la culpa y el miedo porque cree que es un efecto del sueño. Para poder enseñar a cada parte de ti lo que es la salvación en primer lugar necesitas identificarte con tu santidad, con el Ser Único que en verdad Eres, es decir, primero necesitas salvarte a ti mismo, elevarte por encima del campo de batalla (que es tu sueño de separación). Desde ese lugar, puedes ver el engaño y no creer en él, puedes ver la culpa, el dolor, el sufrimiento, y no darle valor, porque por encima del campo de batalla estás a salvo, y estás a salvo porque estás con Dios, con el Amor.
Tu santidad es tu salvación porque has entregado tu fe a Quien en verdad Eres, y, al hacerlo, has elevado tus pensamientos de separación a pensamientos que sólo expresan la Verdad de Quien Eres.
Cada vez que tus pensamientos te separan de lo que percibes y te hacen creer ser lo que no eres, es debido a que les has dado un significado errado. Recuerda que todo significa lo mismo ya que no eres un ser separado y eleva tus pensamientos, mira esa situación desde tu santidad, todo es parte de ti, tú eres el soñador, la causa de que el sueño se esté sucediendo de esa manera, y como soñador, puedes detenerte y elegir ver el sueño desde el Amor para que refleje la Verdad en vez de ilusiones.
Eliges cambiar tus pensamientos porque deseas la paz y no el conflicto, deseas ser feliz. Esta lección te recuerda que Eres santo pero lo has olvidado, es por eso que tienes que enseñarte la santidad, enseñarte la verdadera felicidad, no dando valor a la culpa, la culpa es el resultado de creer que te separaste de Dios, pero eso jamás sucedió. En cuanto reconoces y aceptas tu santidad, tu Unidad con todo lo que existe, la culpa desaparece.
Reconocer y aceptar Quién Eres consiste en desarrollar tu confianza en el Ser Unificado que en verdad Eres llevando todos tus pensamientos de separación, todos tus pensamientos que niegan lo que en verdad Eres, al Amor, a tu santidad, para que los corrija. Tu santidad es tu salvación, te está ayudando a recordar para que puedas ver un sueño feliz en vez del sueño de culpa, miedo, dolor y sufrimiento. Con tus pensamientos transformados en Amor verás Paz, Amor, Felicidad, un mundo que refleja la Verdad y, al tú verla en él, reconocerás y aceptarás un poco más tu verdadera Identidad. Cada vez que confíes en tu santidad para que transforme tus pensamientos errados estarás más cerca de tu libertad.
Observa tus pensamientos y cuando lo que estás pensando te altera en alguna medida, entonces, recuerda que tú eres la causa, recuerda que son tus pensamientos proyectados en la forma lo que estás viendo, éstos, de por sí, no te hacen nada, tú eres el soñador del sueño, tú te estás haciendo esto a ti mismo. Esos pensamientos simplemente son errados, son pensamientos que has pensado con el ego. En cuanto seas consciente de ello entrégaselos al Amor, a lo que en verdad Eres, para que esa parte de tu mente que sabe Quién ES, los ilumine con Su Luz.
Entregar tus pensamientos al Amor es elevarlos, es soltar eso que estás sintiendo y elegir sentir el Amor en su lugar.
Tu santidad es tu salvación pero tú tienes que aprender a confiar en ella y entregarle todo aquello que oscurece tu vida. No puedes borrar lo que tu mente ego ha fabricado, no puedes cambiar nada, porque eso ya pasó (aunque parezca estar sucediendo ahora) pero sí puedes elegir pensar y sentir de otra manera, sí puedes elegir el milagro, y lo eliges cuando entregas tus pensamientos errados al Amor. Cuanto más lo hagas más notarás cómo tu mundo se transforma en un mundo pacífico, amoroso, y feliz. Lo estás salvando de creer ser lo que no es y al hacerlo, te salvas, te liberas de la creencia de ser un ego porque empiezas a recordar tu verdadera Identidad.
“Cada día, cada hora y cada minuto e incluso cada segundo, estás decidiendo entre la crucifixión y la resurrección; entre el ego y el Espíritu Santo. El ego es la elección en favor de la culpabilidad; el Espíritu Santo, la elección en favor de la inocencia. De lo único que dispones es del poder de decidir. Aquello entre lo que puedes elegir ya se ha fijado porque aparte de la Verdad y de la ilusión no hay más alternativas. Ni la Verdad ni la ilusión traspasan los límites la una de la otra, ya que son alternativas irreconciliables entre sí y ambas no pueden ser verdad. Eres culpable o inocente, prisionero o libre, infeliz o feliz” Un Curso de Milagros
"Todos los pensamientos no amorosos tienen que ser des-hechos, palabra ésta que el ego ni siquiera puede entender. Para el ego, des-hacer significa destruir. El ego no será destruido porque forma parte de tu pensamiento, pero como no es creativo y es, por consiguiente, incapaz de compartir, será reinterpretado de otra manera para así liberarte del miedo. La parte de la mente que le diste al ego regresará simplemente al Reino, donde a toda ella le corresponde estar. Puedes demorar la compleción del Reino, pero no puedes introducir el concepto de miedo en él. No tienes por qué temer que el Tribunal Supremo te vaya a condenar. Éste simplemente desestimará el caso contra ti. No puede haber caso contra un Hijo de Dios, y todo testigo que da fe de la culpabilidad de las Creaciones de Dios está levantando falso testimonio contra Dios Mismo." UCDM
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