LA MENTE DE CRISTO 

Capítulo 7  

Vosotros sois la luz del mundo. Pensar con claridad, actuar con propósito, amar sin temor. 

"Vosotros sois la luz del mundo, una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder" Mateo 5:14 

Estas palabras pronunciadas por Jesús no eran alago, ni consuelo, ni metáfora vacía, eran una afirmación Divina sobre la naturaleza Real del ser humano, una proclamación que, si se entendiera y aceptara con profundidad, transformaría la conciencia individual y colectiva.

Jesús no dijo "podríais llegar a ser luz". No dijo "si os portáis bien, tal vez seréis luz". Dijo: "Vosotros Sois. Ya lo Sois. No por mérito, sino por Origen." La luz no es un adorno del alma, la luz es el alma cuando piensa con la mente de Cristo. Cuando el pensamiento se aclara, cuando la intención se purifica, cuando el Amor se libera de las cadenas del temor, entonces, la luz que siempre estuvo allí comienza a brillar sin obstáculos. 

Pensar con claridad no es pensar más rápido, ni más lógicamente, es pensar desde la Verdad, es ver sin filtros, sin proyecciones, sin distorsiones del pasado. Es permitir que el pensamiento sea una extensión del Espíritu y no una reacción del ego. La mente clara no es fría, es luminosa, y esa claridad interior es lo que ilumina tu mundo. No necesitas tener todas las respuestas, pero sí necesitas pensar desde la Fuente correcta. No desde la herida, sino desde la sanación. No desde la historia personal, sino desde la Identidad Espiritual. 

Cuando piensas con claridad actúas con Propósito. Ya no vives por inercia, ya no decides por miedo. Ya no hablas para defenderte, ni haces nada para complacer. Actúas desde el centro, y en ese centro está la guía constante del Espíritu y esa guía no es un mapa externo, sino una certeza silenciosa que se manifiesta momento a momento. No hay acto pequeño cuando nace de la luz, no hay decisión trivial cuando se toma en conexión con Dios, porque incluso los gestos más sencillos, una palabra de aliento, un silencio amoroso, un paso en dirección correcta, se vuelven canales por donde el Reino se expresa y así, actuando con Propósito, aprendes a amar sin temor. Porque el Amor verdadero no necesita garantías, no preguntas si será correspondido, no exige condiciones. El Amor que nace de la mente Crística no busca poseer ni controlar, simplemente da, porque ha recordado que dar es extender la luz. 

Amar sin temor no significa exponerse a ser herido, significa vivir en la certeza de que nada puede herir lo que Eres realmente, que tu Esencia no depende de la respuesta del otro, ni de la permanencia de las formas. Tu Esencia ama porque es luz y la luz no puede odiar, no puede temer, no puede apagarse si permanece en su Fuente. Cuando Jesús dijo que Somos la luz del mundo no estaba hablando a perfectos, hablaba a quienes tenían miedo, hablaba a quienes se sentían indignos, hablaba a hombres y mujeres sencillos, cargados de dudas y contradicciones, como tú, y les decía: 

"Aún así sois luz. No porque vuestra vida sea impecable, sino porque vuestro Ser está hecho de Dios y Dios es Luz, sin sombra, sin interrupción, sin condiciones". 

Aceptar esto no es arrogancia, es humildad verdadera, porque quien reconoce su luz ya no necesita demostrar nada, solo vive desde lo que ES y deja que el mundo vea, y al ver, recuerde. Porque la luz no enseña con palabras, enseña con Presencia. La luz no discute, revela. La luz no impone invita. Y la mente que piensa con claridad, el alma que actúa con Propósito, el corazón que ama sin temor, se convierte en esa luz. 

No te escondas, no esperes a ser perfecto, no esperes a tener todas las respuestas, solo haz silencio y deja que tu pensamiento se alinee con el Espíritu. Desde ahí, piensa con claridad:

"Yo soy luz, no por mérito, sino por Origen y esta luz es mi servicio. Mi Presencia es suficiente"

Y luego, actúa desde ese espacio, sin prisa, sin ansiedad, con Propósito, con fe, con apertura. Y AMA. Ama sin querer controlar. Ama sin exigir retorno. Ama sin miedo, porque el que ama desde el Cristo en sí, ya ha vencido al mundo y se ha convertido en Ciudad sobre el monte, que no se puede esconder porque fue hecha para brillar.


"La Mente de Cristo. Cómo pensar con el Espíritu y no con el mundo". Por Emmet Fox. 


Capítulo 8

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