LA MENTE DE CRISTO
Capítulo 5
Como el hombre piensa en su corazón. El pensamiento como puerta de entrada al Espíritu.
"Porque cuál es su pensamiento en su corazón tal es él" Proverbios 23:7
Hay una puerta sutil que une el alma humana con el Espíritu eterno, no es una puerta de madera, ni de piedra, no está custodiada por ángeles, ni sellada por secretos inaccesibles, esa puerta es el pensamiento. Y más aún, el pensamiento sentido, no el que pasa por la mente como nube pasajera, sino el que desciende al corazón, se arraiga en la emoción y comienza a formar la sustancia de tu mundo. El pensamiento superficial crea impresiones, pero el pensamiento profundo, el que se siente, el que se cree, el que vibra, crea realidades, porque en el plano del Espíritu no se manifiesta lo que deseas, ni lo que dices, ni siquiera lo que afirmas mecánicamente, se manifiesta lo que realmente piensas en tu corazón y esa distinción es vital.
Porque muchos dicen creer en Dios, pero piensan con miedo. Afirman abundancia, pero piensan en carencia. Hablan de paz, pero piensan desde el juicio, y el universo no responde a las palabras huecas, responde a la vibración sostenida. Pensar en el corazón no es un acto lógico, es una fusión entre idea y sentimiento, entre comprensión y entrega, es cuando una verdad se vuelve tan real dentro de ti, que no necesitas repetirla para creerla. La vives, la encarnas, la respiras, y es desde ese punto donde comienza la verdadera comunión con el Espíritu. No desde rituales, ni prácticas vacías, ni fórmulas mágicas, sino desde el alineamiento íntimo entre tu pensamiento interno y la mente divina.
Cuando tus pensamientos se armonizan con la Verdad, todo tu mundo empieza a reflejar esa armonía, no como premio sino como ley natural, porque lo interno y lo externo no son dos, son uno, y el alma, al pensar desde el corazón con claridad espiritual, abre portales invisibles donde lo eterno entra en lo temporal, y lo invisible se vuelve carne. Esta es la base de toda enseñanza metafísica y fue también el núcleo silencioso de la vida de Jesús. Él no actuaba para cambiar el mundo, pensaba con Dios y el mundo cambiaba a su paso. No luchaba con las formas, reconocía la causa y como toda causa es mental y espiritual, la sanación era instantánea. Porque su mente era clara, porque su corazón no albergaba pensamientos contrarios al Amor. Tú tienes ese mismo poder, pero para activarlo debes volverte vigilante, no para reprimirte sino para elegir, porque cada pensamiento es una elección y esa elección, si se hace con conciencia y con fe, es una llave que abre o cierra la puerta del alma.
Pregúntate a menudo:
¿Este pensamiento me acerca al Reino o me aleja? ¿Este pensamiento refleja la mente Crística o la mente del mundo? ¿Este pensamiento trae paz, certeza, amor o me separa de lo que realmente Soy?
Y si no te gusta la respuesta, no te condenes, solo cambia el pensamiento. No con esfuerzo, sino con entrega, declara internamente:
"No acepto esta idea como mía, elijo pensar con el Espíritu, elijo ver con los ojos de Cristo, elijo sentir lo que Dios siente" y permanece ahí, en silencio, sin luchar, solo respirando la nueva idea, hasta que descienda al corazón, y cuando lo haga, cuando se funda con tu sentir, cuando se vuelva real más allá de las palabras, habrás entrado en el templo interior, y ese templo es sagrado, es el espacio donde Dios piensa contigo y donde tu pensamiento se convierte en creación viva. Así es como se accede al Espíritu. No con fuerza, sino con alineación, no con intelecto, sino con pensamiento sentido, porque como el hombre piensa en su corazón, tal es él y tal será su mundo.
"La Mente de Cristo. Cómo pensar con el Espíritu y no con el mundo [el ego]". Por Emmet Fox.
No hay comentarios:
Hola! Este apartado es para ti, por si sientes compartir algo con nosotros. Te responderemos lo antes posible. ¡Muchas gracias!